No quiero desilusionarte pero...

(Foto de Infobae) El gran simulacro del amor moderno Siempre pensé que descargar una app de citas iba a ser como abrir la puerta de un bar lleno de desconocidos copados, ansiosos por charlar, salir y, por qué no, enamorarse un poco. Un mercado de vínculos al alcance del pulgar, ideal para quienes tenemos el tiempo justo y poca paciencia. No me extraña, entonces, que en 2024 se proyectara que alrededor de 4,4 millones de argentinos usarían servicios de citas en línea. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica. Cuando empecé, lo hice con la solemnidad de quien completa un formulario de adopción: elegí mis fotos con criterio, sin exagerar, mostrando una versión realista pero favorecedora de mí misma. Y en la bio, algo inteligente pero sin esforzarme demasiado, como si la app viniera con un detector de desesperación. Pensé que, con eso, estaba lista para encontrar perso...