Algunas son suicidas
A los 18 años, todo se siente más grande, más urgente, más insoportable. El dolor no se filtra, se acumula como agua estancada. No hay herramientas para desarmarlo ni lenguaje suficiente para explicarlo. Este poema nació en ese contexto, cuando el sufrimiento parecía inevitable y la angustia no tenía fronteras definidas.
Con el tiempo, con terapia, con crecer y aprender a comunicarme, entendí que la vulnerabilidad no es una condena. Que las emociones intensas pueden desarmarse y no es necesario quedarse atrapado en ellas. Hoy, leo estos versos con cariño por quien fui y con alivio por quien soy. Sin cambiar una sola palabra, los dejo acá como testimonio de una época y de un recorrido.
Algunas son suicidas
No son todas iguales, algunas son suicidas.
Transitan el mismo camino de miles que antes pasaron
Dejando restos de sal amotinados en rincones oscuros.
A algunas las consume el cansancio,
O se absorben en la sequedad de pieles olvidadas,
O se ahogan en el choque y explotan en correntada,
despilfarrando agua salada.
Algunas no llegan al precipicio.
Quizá porque el destino dispone así.
Quizá no vacilan al decidir qué hacer con su vida o con su muerte.
Concebidas del dolor,
Paridas por amor, desamor,
Avivadas en tormentosas soledades,
Deciden no caer,
O deciden correr ligero hasta que las trague rápido el abismo
Y llegar a un lugar tan desconocido como el cielo o el
infierno.
Algunas son suicidas.
Poemas como ventanas, espejos o precipicios. Poemas que miran mejor despojados de los ojos que fuimos. Precioso registro.
ResponderEliminarMuchas gracias! 🖤
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